martes, marzo 01, 2005

Las cinco del viernes 25/02/05

La propuesta de las cinco del viernes de esta semana dice así:

"hoy repescamos una vieja idea, esta semana en lugar de responder unas preguntas tenéis que escribir algo, una historia, una frase, un chascarrillo, lo que se os ocurra, que empieze por las frases que os indicamos a continuación:

1) No es que no me guste el color rosa, pero...
2) Cuando me desperté y no sabía quién roncaba a mi lado...
3) Disculpe, ¿le importaría saltar?
4) No lo vi llegar...
5) No te preocupes, mándame cualquier cosa..."

A ver que sale de todo esto...

1) No es que me no me guste el color rosa, pero ese pantalón no te queda demasiado bien. Creo que te quedan mejor los colores mas oscuros en los pantalones. Un gris, un marrón por ejemplo, y ahí si combinarlo con una remera rosa.

2 Cuando me desperté y no sabía quién roncaba a mi lado deduje que la borachera de la noche anterior había sido mas fuerte de lo que creía. No veía bien en esa semipenumbra, pero sentía a algo o alguien durmiendo en el otro lado de la cama. La oscuridad y las sábanas no permitían distinguir su forma. La habitación me resultaba poco familiar también. Me levanté despacio, luchando contra mi resaca, y me acerqué al baño a lavarme la cara. Viendo mi cuerpo desnudo en el espejo, descubro algo.. "Ey! Esas cicatrices son nuevas!". La debo haber pasado demasiado bien o demasiado mal anoche. Vuelvo y aprovechando el pequeño haz de luz que la lámpara del baño proyecta en la pieza, busco mi ropa. Vuelvo al baño a cambiarme y al abrir la puerta, escucho del otro lado de la cama una voz, una voz extraña. Ni masculina ni femenina, creo que ni siquiera era demasiado humana. Una voz que entre sueños murmuraba cosas en un lenguaje desconocido para mí. Cerré la puerta y me alejé corriendo, jurandome no volver a esa zona de la ciudad.

3) - Disculpe, ¿le importaría saltar?
- Para nada - dijo él. Pero en el fondo sabía que había sido una estupidez pagar por aquel curso de paracaidismo si siempre había sufrido de vértigo. Pero promesas eran promesas.
Saltó del avión. Con los ojos cerrados sintió el viento en la cara. En ese momento se dió cuenta de algo grave. Estaba muy nervioso como para tirar de la cuerda del paracaídas. Estaba casi paralizado. Juntó fuerzas y tiró fuerte de la cuerda, el envión lo empujó unos metros mas arriba, y en ese momento abrió los ojos. En medio de una mezcla de excitación, miedo, sopresa y admiración contempló el paisaje que se desplegaba ante sus ojos.

4) No lo ví llegar, yo estaba demasiado absorto en mis pensamientos para fijarme quien podía llegar a la puerta de ese olvidado bar. Se sentó a la otra punta de la larga mesa en la que yo estaba. Pidió una cerveza. Lo miré y saludé con un simple "Hola", como suele hacer uno en forma políticamente correcta cuando alguien está casi enfrente tuyo pero no desea entablar conversación. El dejó su pesada mochila y se acercó, sin embargo. Traía un cuaderno en su mano. Lo tiró frente a mí. Al abrirlo vi que estaba lleno de anotaciones misteriosas. Eso podría ser el comienzo de una gran aventura.

5) " No te preocupes, mandame cualquier cosa" le dije, "sólo me importa que vuelvas pronto". Y la ví partir. Nunca volví a verla, sin embargo, ella continuó visitándome en mis sueños, susurrándome secretos como siempre habíamos hecho.

No hay comentarios.:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails