viernes, marzo 11, 2005

Emestoria computacional. 1- Los inicios en la infancia

Si bien cuando era chico no tenía computadora aquí en casa, siempre estuve de alguna manera en contacto con ella, debido a que algunos amigos tenían en su casa. En aquellos tiempos, la función primordial de las computadoras era usarlas para "jugar a los jueguitos", redundante expresión que se usaba para referirse a los videojuegos.
Por un lado estaba Flavio, hijo de un compañero de club de mi viejo, quien sabía tener una Commodore 64 en su casa, una de las computadoras mas recordadas de esa época. Para los mas jóvenes, les comento que hace muchos años no existían los CD-ROM (apenas hacía un breve tiempo que existían los CDs de música) con software. Con suerte, algunos avanzados tenían diskettera. Lo que se estilaba era... ¡conectar un grabador a la computadora! En un cassete entraba el contenido de uno o varios juegos (según la duración del cassete). Habían cassetes de pocos minutos de duración, ideales para estas cosas (aunque cuando tuve un programa de radio, me fueron de gran utilidad para realizar prácticos separadores).
Había muchos diferentes juegos para probar y, si uno se animaba y conseguía el código para hacerlo, podía escribir uno en idioma BASIC, un lenguaje de programación.

Mi amigo Eduardo, compañero de andanzas desde cuarto grado (y a quien aún sigo viendo) tuvo durante su infancia otra afamada computadora (me estoy dando cuenta que en varias ocasiones estoy a punto de escribir PC en lugar de computadora). Nada más ni nada menos que la TI994A, de Texas Instruments. Aparte de usar grabador y todos los chiches, esta computadora tenía algo interesante. Venía con un lugar en el que se insertaban cartuchos con determinados programas y hasta incluso el "módulo" de Extended Basic (BASIC extendido). Dado que era gran amigo y compañero de primaria, nos veíamos seguido, por lo cual pasábamos horas jugando con la máquina. De esa PC me encantaba el "Parsec", un jueguito de esos de matar navecitas, el cual era el que más me entretenía.

Así fue mi entrada al mundo de las computadoras.

En el próximo capitulo: Tortugas en la escuela.

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