Para evitar spam y maldades varias, muchas páginas de internet a veces nos piden un código de comprobación cuando introducimos alguna data. Si bien no son 100% efectivos, estos programas ayudan a identificar el hecho de que quien suministró datos es un ser humano que vive, respira, come y siente en vez de una máquina.
Están en todos lados: foros, formularios de registro, cada vez que uno deja un comentario en La Nación, etc.
Por lo general, suelen ser una serie de letras que aparecen en un gráfico, y hay que tipear cuáles son.
Pero a veces la cosa peca de exagerado. Vean éste ejemplo ocurrido en Facebook:
Igual, muchos recordamos con dolor los tiempos en que el método utilizado por la página de almacenamiento de archivos Rapidshare utilizaba lo más molesto del mundo: una serie de 5 o 6 números, entre los cuales había dibujos de gatos y perros, y se trataba se indicar entre qué números habían escondidos gatos.
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