miércoles, febrero 27, 2008

Cafe Tacuba insiste (¡por suerte!)

A pocos meses de su anterior presentación en Buenos Aires, el cuarteto (¿o quinteto?) Cafe Tacuba vuelve a pisar suelo argentino. En esta ocasión, presentando su nuevo disco Sino, que fuera elegido por este servidor como uno de los mejores discos del año.
A continuación, luego del salto, un resumen de lo que pasó en el Gran Rex el pasado viernes 22 de febrero. Show visto desde cerquita: fila 12...


No llegamos a ver el corto set de Rosal, apenas oimos unos escasos 15 segundos cuando estábamos ingresando a la sala, así que no emitiré opinión sobre el mismo.

Alrededor de las 21:45 salió al escenario la banda mexicana conformada por Rubén Albarrán en voz, Joselo en guitarra, Quique Rangel en bajo y Emmanuel del Real en teclados, más el agregado de "Children" Ledesma en batería. Arrancaron con "Seguir siendo" al que le pegaron enseguida "Tengo todo", tal cual empieza el último disco. Para el cuarto tema, todo el público del Teatro Gran Rex (colmado en un, digamos, 90 por ciento) estaba de pie bailando y cantando las irresistibles canciones tacubas.



El show abarcó momentos de toda la carrera de la banda, desde viejitos como "La chica banda" o "Alármala de tos" hasta temas de Cuatro Caminos como "Eo" o "Mediodía". La nueva producción obviamente también fue mostrada, como temas como "53100", "Volver a comenzar" o "Esta vez".

Hubo un momento de unos silbidos cuando Albarrán comenzó una dedicatoria a "la gente de Argentina, de Chile, de Uruguay, de los Estados Unidos...". Luego agregó: "Una cosa es la gente y otra son los que los gobiernan".



Cerca del final, Albarrán salió con su clásica máscara de gallo para interpretar "Déjate caer", donde al final del tema los cuatro músicos realizan su clásica coreografía al mejor estilo boy band.

Pero aún faltaba bastante para llegar al final. Seguían pasando los temas: Así "El outsider" se enamoraba a primera vista en "El baile y el salón", diciéndole ´todo lo que tú "Eres"para luego sentir tristeza gracias a "El puñal y el corazón", diciéndole a "María"... simplemente "Cómo te extraño".



Fueron dos horas y monedas de un show impecable desde el punto de vista musical y con una escenografía simple pero eficaz: Medio escenario con una pantalla con LEDs, la otra parte, con unas barras horizontales que daban efectos lumínicos.



Esperemos que esta saludable costumbre de los shows tacubos se siga repitiendo, porque realmente vale la pena.



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