Como muchos de los que leen este blog saben (y como otros tantos no), yo trabajo dando clases de informática educativa. Las clases las doy en una EGB de adolescentes y adultos. Resulta que esta es la última semana de clase.
Y ocurre que en estos días se da un fenómeno muy particular. Parece que los alumnos más vagos, los más quilomberos, los más remolones, los que siempre entregan las cosas a destiempo, los que tienen el almanaque al revés (ya que pareciera que para ellos la semana tiene 2 días de clase y cinco de descanso), los que no veo nunca, los que uno tiene que andar persiguiendo para que entreguen las cosas, etc. etc. de repente, es como si de repente, por arte de magia, todos se convierten en los mejores alumnos.
Ayer era un desfile de gente que venía a entregar trabajos y de repente yo me quedaba pensando "Ah... ¿Este flaco seguía viniendo al colegio?".
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