Y nos dejó el "Negro" Fontanarrosa. Qué se puede decir que no se haya dicho en otros lados. Creo que es de esos raros casos en donde no se puede ser original, ya que no hay disentimientos con respecto a los sentimientos que despierta la noticia de su muerte. Y es que el Negro no fue una persona que pudiese despertar odios.
Quienes lo conocen dicen que era sencillo y cultor de las amistades (especialmente en su ya famosa mesa de los galanes).
Autor de innumerables historias y personajes, por algo es un tipo que es constantemente homenajeado desde el teatro, lugar al que fueron trasladadas muchas de sus creaciones literarias (para aquellos que no lo saben, Roberto Fontanarrosa tiene una fructífera y recomendable colección de cuentos y novelas).
Que lo parió dijeron (dijimos) todos, en todos los medios.
El Negro ya no está, pero nos dejó un legado de personas y lugares, reales y ficticios, más que interesante:
Inodoro Pereyra, Boogie "el aceitoso", los galanes, Rosario Central, el gol de Palomita, el bar "El Cairo", Ernesto Esteban Etchenique, y un largo etcétera.
Ellos son su legado, y, gracias a él, también son parte de nosotros
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