En una muestra más de estar afectado por lo que podríamos denominar el Síndrome de Rob Gordon se me ocurrió una interesante comparación musical para agregarle algo de color a este post.
Por ejemplo, es como si dando un paseo con alguien me dijera que vamos a ir a un lugar muy bueno. Es un sitio donde suelen tocar bandas buenísimas, son ultra originales, con músicos que están en el top five de los más capacitados, los cuales demuestran sus horas de estudio y dedicación. Las armonías son fabulosas y resuenan pletóricas melodías. Las letras le escapan a los lugares comunes y sus poesías y metáforas provocan la envidia de los más iluminados momentos de gente como Lou Reed, Rogelio Aguas o nuestro Luis Alberto. No obedecen ningún cliché y tratan de diferenciarse de aquellos que los influyeron. Ah, y desprecian la demagogia.
Y bueno, luego de tanta propaganda, al abrir la puerta, está tocando "La 25".
Ahora que lo pienso, por suerte, mi comparación es peor...
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