"La justicia no es muy justa" (Tabaré Rivero)
Finalmente, se dieron a conocer las sentencias por el "caso Cromañón", a casi cinco años de aquel fatítido fin de año de 2004. Aún no están efectivas las condenas, faltan apelaciones y otras yerbas, pero es sabido que a Chabán le dieron 20 años de cárcel. Y de la banda, sólo quedaría preso el manager.
¿Los músicos? Bien, gracias.
Salvo la multa, que deben pagar todos los implicados, no recibieron pena alguna. Los tipos, simplemente, seguirán con sus vidas.
Ojo, yo creo que Chabán tiene su parte de responsabilidad, más que nada por el hecho de la puerta con candado, etc. Pero estos pseudomúsicos son mucho más responsables, ellos también son copartícipes de la sobreventa de entradas, ellos son los que festejaban que los shows se conviertan en una especie de bengalódromo y el público que las prendía tampoco es inocente. El mismo Chabán habló sobre el tema de la pirotecnia, pero músicos y público se las ingeniaban para meterlas aunque su uso adentro estaba prohibido. Igual lo peor de Ca$hejeros es la actitud cínica de la banda con las canciones post Cromagnon hablando de jueces, sus comunicados de prensa donde imitan una citación judicial y sus afiches donde aluden indirectamente a la censura (ver imagen de boca cosida en los volantes del ultimo show).
¿Me van a decir acaso que ellos no sabían que el boliche estaba sobrevendido? Alguna vez dijeron que cuando Chabán les mostró el lugar, él les dijo que cabían como 4000 personas (la capacidad real era de mil y pico). Vamos... para el caso, si los invito a mi departamento y les digo que en el living entran 70 personas cómodas, y me das bolilla pueden darse dos cosas. O sos un imbécil que te creés cualquier obviedad, o sos un hijo de puta que me sigue la corriente.
Con respecto al cinismo profesional de la banda (lo único en lo que deben ser profesionales), ya se ha hablado en este blog bastante sobre sus carteles y afiches. También pueden encontrar comentarios interesantes en el blog del periodista Eduardo Fabregat.
Tenemos a los fanáticos de la banda, sin nada mejor que hacer un día de semana al mediodía que estar en la vereda agitando banderitas y cantando loas y gritos de victoria a pocos metros de la cara de los familiares de los sobrevivientes.
También puede encontrarse una absoluta falta de interés por buscar quién fue el hijo de puta que encendió la bengala / candela o lo que cadorna sea.
Lo único bueno que trajo Cromañón es que en muchos lados desapareció la cultura de la pirotecnia, eso de que el público debe ser el más groso. Hace unos años participaba bastante de los foros de una página de música, de la cual me fui harto de lo que llamo "fundamentalistas del rock". En esos tiempos pre tragedia yo ya discutía con un flaco (seguidor de estas bandas pro cultura del aguante) que se enorgullecía de las bengalas que llevaba a cada recital de Callejeros y otras bandas similares.
Muchos, unos cuantos, siguen pidiendo la cabeza de Ibarra servida en bandeja y en éste punto es donde tengo uno de mis mayores disentimientos con mucha gente. En una estructura vertical del tamaño del gobierno de la ciudad, no siempre el que está arriba está al tanto de los mequetrefes que pueden cometer aquellos que están a varios intermediarios de distancia. Posiblemente a los inspectores coimeados jamás los vio personalmente. Ibarra tuvo más culpas por lo que pasó después de la tragedia ya que tendría que haber hecho rodar varias cabezas incluyendo a inspectores corruptos, bomberos corruptos y policías de alto rango corruptos.
En suma, falló la justicia con la (no) condena a Callejeros, falló con la corta condena a los inspectores (¡dos años!).
Y quedan muchos cabos sueltos en la cadena de responsables de las muertes. Los otros bengaleros, los que puteaban a Chabán en todas y cada una de las ocasiones en las que pedía que la corten con la pirotecnia, los padres irresponsables que usaban el baño como guardería de bebés, los que se creian vivos por colarse en el boliche (pero la plata para los Tetra y las bengalas la tenían bien guardada)... Muchos, en fin.
Ahora se vienen las apelaciones. Con un poco de suerte, la situación de los músicos se revierta. Ese día, capaz que la justicia empieza a ser algo más justa.
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