El sábado estaba en Aeroparque, esperando a mi vieja que venía de Tucumán y Córdoba. Esperando, decidimos sentarnos a tomar un café.
Al pedir la cuenta, nos llega la friolera suma de $17,50. Esa cantidad simplemente por un café común y otro en jarrito.
La misma moza, una chica muy amable que no tiene responsabilidad sobre los precios, estaba de acuerdo con nosotros en lo excesivo del precio. Es más, por lo visto, Aeropuertos 2000 les exige un cierto nivel de precios, seguramente para poder tener su pequeña retribución porcentual de las ventas, sumado a que los que atienden los locales deben tener que pagar el alquiler o concesión, que no debe ser precisamente barato.
Luego nos dijo: "Es más, en los kioscos es lo mismo. A nosotros nos dan unas fichas de descuentos y aún así una bolsa de papas nos sale como siete pesos. Sino te puede costar hasta 10".
Dicho y hecho, me acerqué a un puestito de gaseosas al lado de un bar y vi lo siguiente:
Sí, tal cual se puede ver... 10 pesitos por una simple Paso de los Toros en lata. Mientras pensaba "¡Sunescán, dalú nabuso!" (copyright mamá de Mafalda), decidí no comprarles ni un paquete de Criollitas.
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