Finalmente, fui a ver "The dark night", o "Batman, el caballero de la noche" como se la conoció en Latinoamérica. La crítica, a continuación...
La trama de la secuela de "Batman inicia" nos sitúa seis meses después de los acontecimientos de dicho film. Ciudad Gótica ya no es lo que era. Batman le ha dado esperanza a la metrópolis, mientras sigue luchando contra los grupos mafiosos que quedan, a pesar de las torpes incursiones de algunos copycats, inspirados en su lucha contra el hampa. Mientras, las valientes acusaciones del fiscal Harvey Dent le dan esperanza a Bruce Wayne de dejar de lado el traje del enmascarado luchador. Sin embargo, cuando un criminal conocido como El Guasón entra en escena, la vida de los luchadores de Gótica, así como la identidad de Batman entran en peligro.
Finalmente llegó, la secuela del "Batman realista" que llegó a los cines hace tres años de la mano de Cristopher Nolan y Christian Bale. La esperada segunda parte está muy lejos de decepcionar, y es menester aclarar que todos los elementos que hicieron de aquella primera parte una de las mejores películas de superhéroes están de vuelta presentes y magnificados.
Aquí volvemos a ver a Ciudad Gótica convertida en una ciudad como cualquier mega urbe de hoy, como una mixtura de New York y Chicago. Vuelve nuestro querido y extrañamente diseñado Batimóvil (el modelo de estos films está basado en algunos prototipos existentes). Vuelven queridos personajes como Alfred, Lucious Fox, Rachel y Gordon. Vuelven las escenas de acción y los gadgets.
¿Por qué están magnificados? En primer lugar, Gótica es aún mas similar a cualquier ciudad, con el agregado de unas cuantas secuencias que ocurren durante el día. El hecho de que Bruce Wayne esté viviendo en un penthouse en el centro de la ciudad (recuerden que su mansión fue incendiada por Ra´s Al Ghoul en la anterior película) y que ahora su escondite esté en el subsuelo de un edificio construido por Wayne Enterprises hacen que veamos más de dicha ciudad. Anteriormente apenas nos habíamos detenido en los rascacielos, en Arkham y en los barrios bajos. Ahora ampliamos nuestra visión de la ciudad paseando por boulevares, entrando a bancos y visitando hospitales, entre otros sitios.
También conocemos más de los personajes. En esta ocasión, vemos a un Wayne que está empezando a cuestionarse todo el asunto de ser secretamente un vigilante. Las dudas lo acorralan, y ve en Dent una persona que puede continuar su labor, pero del lado de la ley. Como se plantea en el film, si él es el Caballero Oscuro (traducción literal del nombre original en inglés), Dent es el Caballero Blanco.
Las peleas están mejor filmadas. Adiós a las tomas cortas y cercanas, ahora hay mejores planos de las secuencias de lucha.
El personaje de Rachel Dawes (amiga y eterno amor imposible de Bruce) está ahora personificado por la versátil Maggie Gyllenhaal, quien reemplazó a Katie Holmes en dicho papel. Un cambio más que positivo. Siempre me pareció que a la mujer de Tom Cruise le faltaba fuerza en el papel de Dawes, y mas allá de que no aceptó porque pedía mucha plata y por eso se salió a la búsqueda de otra actriz, dicha búsqueda culminó en un buen resultado.
A esta secuela se le agregan algunos nuevos personajes. Los adictos a las series podrán apreciar algunos pequeños roles de gente conocida en la pantalla chica, como Néstor Carbonelli (Richard Alpert en Lost) haciendo del alcalde de Gótica, o a William Fitchner (Alex Mahone en Prison Break) como el gerente del banco donde ocurre el asalto que abre la película. Harvey Dent es muy bien interpretado por Aaron Eckhart. Los papeles de Alfred, Lucious Fox y Gordon son nuevamente realizados (con grandísima altura) por Michael Caine, Gordon Freeman y Gary Oldman, respectivamente.
Y finalmente tenemos... al Guasón. No era fácil interpretar al más famoso de los archienemigos de Batman, especialmente luego de la admirable representación que hizo Jack Nicholson en la franquicia anterior, aquella que comenzó Tim Burton con buenos augurios y que posteriormente fue arruinada por Joel Schumacher en "Batman y Robin". Sin embargo aquí tenemos, de la mano del recientemente fallecido Heath Ledger al mejor Guasón de la historia del cine. Lejos del loco delirante de Nicholson y mucho mas aún del loco kitsch de serie de los ´60 (el actor tomó parte de los comics, mezclado con Sid Vicious y Alex, el personaje de "La naranja mecánica), aquí tenemos directamente a un loco psicópata, a quien prácticamente no le importa nada. Alguien que planifica sus golpes con mucha anticipación y que no tiene interés en el poder monetario (hay una escena en la que cierto asesinato por él cometido involucra la quema de una realmente enorme cantidad de dinero). En la búsqueda de un verosímil mas creíble, Nolan dotó al Guasón de un maquillaje mal aplicado y unas profundas cicatrices cerca de la comisura de los labios, que a su rostro el aspecto de eterna sonrisa con el cual lo conocemos. Es una pena que Ledger haya muerto, en este film vemos que era un actor con un tremendo potencial interpretativo.
¿Alguna crítica? Dos pequeños detalles. Uno, que la aparición de El Espantapájaros (uno de los villanos del film anterior) sea reducido a casi un mero cameo a poco de iniciada la película. Su presencia o ausencia no influiría en nada en el desarrollo de los acontecimientos. Tal vez la intención haya sido decirnos que el Dr. Crane sigue vivo, y que puede volver en una secuela. Segundo, el asunto del "sonar" que funciona mediante la red de celulares (uno de los gadgets que aparecen en el film) llevan la suspensión de la incredulidad cerca de los límites, si tenemos en cuenta el realismo que le quiso imprimir Nolan a esta franquicia de Batman. Pero tal vez sea sólo yo el detallista.
En suma, un film disfrutable, con acción, drama, profundidad de personajes y una trama atrapante. Vale la pena conocer al caballero oscuro.
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