El represor Massera ha fallecido ayer...
Y ante el hecho, uno se pregunta: ¿Está bien esbozar una sonrisa por la muerte de alguien? No sé si está tan mal. La vida da alegrías y tristezas, y una muerte querida nos da también tristeza. ¿Por qué no habría uno de sonreir por una muerte de alguien que hizo daño a muchísimas personas?
Es un tipo que no mostró jamás arrepentimiento por sus hechos, e incluso estuvo orgulloso de haber conducido a sus subordinados en las tareas de muerte y represión que encomendó.
¿Es entonces malo mi sentimiento?
Aunque, por otra parte, sí lo lamento. Lamento que haya muerto sin decir todo lo que tiene para decir.
Buena suerte en tu próxima vida. Reencarnar en una cucaracha sería hacerte un gran favor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario