martes, junio 15, 2010

Dormir soñando

En las ocasiones en que voy al trabajo desde la casa de Mi Novia, debo salir un "poquito" antes para cumplir con mis obligaciones cotidianas. Es lógico, el viaje Almagro-San Isidro por regla general demora un poco más que caminar 8 cuadras.
Son mañanas en las que tomo el 168 entre las 6:30 y las 6:45 de la mañana. A esa hora, es muy común ver gente que viaja dormida en el colectivo (en realidad, a toda hora uno puede ver gente dormida, pero es más común a tempranas -o tardías- horas).

Uno se imagina en algunos casos si el tipo no se va a pasar de la parada, o si ya se pasó. A más de uno le ha pasado alguna vez. Tengo alguna anécdota que un día contaré, relacionada con el regreso de una fiesta loca que incluyó viajes en colectivo hacia el otro lado, Premetro, trenes y remises. Será en otra ocasión.

Mas allá de dicho caso, por lo general, las veces que me he echado una siestita en el bondi, no me he pasado demasiado. Cuando vivía en el bajo de Acassuso, me despertaba solito a la altura de los barcitos de Libertador, a unas 10/15 cuadras de donde debía bajarme. Alguna vez me he despertado justo en la parada, saltando como un resorte recién salido de fábrica y casi arrojándome sobre el timbre. Una vez creo que me desperté en la terminal, la cual no quedaba demasiado lejos por lo que me volví caminando.

Pero la anécdota más curiosa, no me tiene a mí de protagonista, sino de particular testigo en un caso ocurrido hará unos 10 años.
Era de noche, pero no horario trasnoche. Serían alrededor de las 22 horas y yo estaba esperando el colectivo en el barrio de Belgrano, a la altura de Cabildo y Juramento. Llega el famoso 168, subo, abono mi boleto y mientras busco un asiento observo que hay una persona durmiendo como un tronco en el primer asiento.

Pasa el tiempo y el viaje, yo despierto en esta ocasión y, llegando a la consabida zona de los bares de Libertador el tipo éste se despierta, casi sobresaltado.

Recordemos que cuando me subí en Belgrano el tipo ya estaba dormido. Así, se produce el siguiente diálogo entre el pasajero dormilón y el colectivero:

PD: ¿Por dónde estamos?
C: Estamos llegando a San Isidro.
PD: Uy... ¡Yo me tenía que bajar en Plaza Once!

Si, evidentemente, debe ser uno de esos individuos que no de despiertan ni aunque les pase un tanque a medio metro.

No hay comentarios.:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails