Ladrido Jurásico

A través de sus diversas temporadas, Futurama ha ido creciendo y, como los buenos vinos, poniéndose mejor mientras el tiempo transcurría. Lamentablemente, no podemos afirmar lo mismo de su hermano mayor, Los Simpsons, ya que lamentablemente para todos los que nos reímos una y otra vez con sus viejas andanzas, ha venido en bajada desde hace unas cuatro o cinco temporadas como mínimo.

Esto viene a cuento de que muchas veces Futurama ha sabido tener algo que es lo que denominaríamos emotividad. Sí, los dibujos animados también pueden hacerlo. Capítulos como el que Fry descubre la verdad sobre su hermano, o cuando nuestro héroe le escribe un mensaje de amor a Leela moviendo las estrellas son sólo algunos ejemplos. Y el mejor de ellos... es éste:

Se trata un capítulo de la cuarta temporada (la última), el cual se llama Jurassic Bark. La historia es la siguiente: En una excursión a los restos de una pizzería del Siglo XX, Fry no tarda en descubrir que se trataba de su viejo trabajo. Allí también descubre los restos fosilizados de su perrito, su fiel mascota. El capítulo allí muestra dos historias: Una, los intentos de Fry por clonarlo, para tenerlo de vuelta vivo a su lado, despertando los celos de Bender. La otra transcurre en el Siglo XX, y trata sobre cómo Fry conoce a su perro y su vida juntos. El final es uno de los mejores momentos de la serie, si no el mejor, en donde vemos qué ocurrió con el perro luego de la partida de Fry. No develaré lo sucedido, si pueden traten de verlo. No tiene desperdicio y es un final hermoso.