viernes, enero 25, 2013

Gregorio Gorgorito

Y bueno... hace un par de días se terminó la botella de tequila reposado Leyenda del Milagro. Y para homenajearla, nada mejor que recordar cómo obtuve la misma.

Hace un año y cuarto, estábamos con Mi Esposa disfrutando de nuestra luna de miel en Cancún, cuando fuimos a una cena en un lindo restaurante. Era, casualmente, la fecha del Día de Acción de Gracias, que es una fecha importante en Estados Unidos, donde las familias se juntan, brindan, morfan a rabiar, se putean, chupan y festejan. En suma, más o menos como nuestras fiestas.
La cuestión es que aprovechando la ocasión, nos mandamos para este lindo lugar, llamado Hacienda Sisal.

Siempre me llamó la atención cómo en El Gran País del Norte la gente suele cenar muuuy temprano. Nosotros habremos llegado a eso de las siete y media, y algunos norteamericanos ya estaban por ir a la mesa de los postres. Nosotros, mientras, comenzamos a comer opíparamente... encima era buffet.

Baile mexicano


La cena incluía además, un espectáculo y show. Primero hubo una interesante sección de danzas folclóricas de México, con bailes típicos de las diferentes regiones del país. Muy lindo estuvo.
Todo acompañado de un conductor muy simpático que, en un momento, organizó un par de concursos.

Uno de ellos era por una botella del anteriormente mencionado tequila, para lo cual solicitaron tres voluntarios. Uno de ellos era yo, por supuesto...

Los tres voluntarios.


La consigna era la siguiente: por turnos, cada voluntario se sentaba en la silla ubicada en el escenario y, con un vertedero, le arrojaban constantemente tequila (probablemente rebajado) en la boca. Mientras, uno debía decir la frase "Gregorio Gorgorito", palabras particularmente difíciles de pronunciar cuando a uno le están vertiendo líquido en la garganta.

Fui yo, e hice más de 20 "gregorios". Había otro muchacho, un yanqui que ni bien me ubiqué atrás para dejarle el lugar me dijo "You won" ("Ganaste"). En su turno el habrá hecho alrededor de 15. Había una mujer, también norteamericana, de unos 40 años, que le dio su lugar a su hijo, de alrededor de 18, con la esperanza de que él haga algo decente. Se equivocó, ya que el pibe logró decir la palabra solamente ocho veces.

Así nos llevamos la preciosa botella de tequila, que resultó ser muy rico y nos duró bastante... Se los recomiendo... Esta es la preciosa botella:




Y aquí el video testigo... de fondo (bah... de primer plano) se escucha el aliento de Mi Esposa y sus risas...


1 comentario:

Mordi dijo...

¡Grande Emepol! ¡Campeón de campeones!

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