El "pequeño chiche" se llama MWE Emperor 200 y, eso sí, cuesta la friolera de 45.000 dólares.
Pero imagínense, jugar a un FPS ahí adentro. Por ejemplo, un Prey, donde ves los costados de esa tenebrosa nave espacial orgánica en donde estás secuestrado. O luchando contra los Combine y esos terribles zancudos en alguna saga del Half Life...
O, si nos ponemos retro, luchando contra agentes enemigos en la piel de la indomable Cate Archer, en el que es para mí uno de los mejores FPS de la historia, el injustamente poco apreciado No One Lives Forever...
Pueden averiguar sobre el bichito este, aquí.
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