jueves, diciembre 15, 2011

Crónicas de la Riviera Maya - 1: Aeropuertos

Recuerdo que alguien, hace varios años, había posteado en Fidonet una irrefutable verdad: Todos los aeropuertos son iguales. Mas allá de las "pequeñas diferencias", todos tienen una estructura similar, cual si de un "Manual Arquitectónico de Aeropuertos" se tratase.
Debido a circunstancias imprevistas, tuvimos que cambiar destino y sacar pasajes a último momento. En esos casos hay dos opciones: Pagar mucho (pero mucho) más por un vuelo directo sacado sobre la hora, o hacer extrañas combinaciones. Por motivos que desconozco, incluso a veces es más barato tomar 243 vuelos con trasbordos que uno directo.
Y ese fue el caso. Resultado: Tres aviones y cuatro aeropuertos.



Ezeiza es el aeropuerto que todos conocemos. Amplio, con tres terminales. Llama la atención que no haya carteles indicadores para guiar al desprevenido turista (emigrante o inmigrante) sobre en qué pabellón para tal o cual aerolínea.
También arrastra un problema que se da también en Aeroparque, que es el precio de los kioscos y bares. Carísimos. Incluso para lo que es el promedio de los aeropuertos. Varios de dichos precios rozan lo absurdo, como ya hemos comentado en alguna ocasión. El free-shop es amplísimo como contrapartida positiva.

La primera escala fue en el aeropuerto de Lima, Perú. Fue el que menos pude conocer ya que el trasbordo fue bastante rápido, tanto a la ida como a la vuelta. A la vuelta, incluso, bajamos del avión, recorrimos medio aeropuerto para pasar nuevamente por los controles de seguridad (a pesar de que es dubitativo que uno pueda agregar más cosas a lo que lleva cuando acaba de salir de otro avión), y llegamos a la puerta de trasbordo del otro avión - la cual estaba casi al lado del avión del que acabábamos de descender - unos 10 minutos antes de que comienze el ascenso.
Mas allá de los larguísimos pasillos que hay que atravesar y de que es algo desorganizado el tema del control, me llamó positivamente la atención que casi todos los tachos de basura estaban dispuestos para dividir la basura (orgánicos, papeles, etc.) incentivando la cultura del reciclaje.

Otra escala con trasbordo más tuvo lugar en México D.F. Al igual que la ciudad mencionada, es enorme. A partir de ello, una de las cosas más interesantes que tiene es un trencito que comunica las dos terminales. Sale aproximadamente cada veinte minutos y es exclusivo para los que hacen trasbordos que involucran ambas partes.
También tiene (y esto sí podría ir en las "pequeñas diferencias") muchos locales (más de lo habitual) y hasta un patio de comidas, donde se ofrece una amplísima variedad de alimentos (comida mexicana, pizza "a la yanqui", sushi, sandwiches, etc.).

Finalmente, el punto final fue el aeropuerto de Cancún. Cuando uno llega a su destino, obviamente, lo que menos hace es darle bolilla al aeropuerto ya que uno quiere rejarse lo antes posible para comenzar a disfrutar del lugar, o llegar a casa lo antes posible. Si nos llamó la atención la cantidad de gente ofreciendo servicios de taxi y de alquiler de autos en la parte de afuera. Un cartel en el aeropuerto recomienda alquilar solamente en los locales autorizados. Otra cosa extraña: a la vuelta, tuvimos que pagar exceso de equipaje, ¡y no aceptaban dólares! En fin, curiosidades de los aeropuertos del mundo.

1 comentario:

Puchi dijo...

chan! andaré por ahí en un par de meses, arranco la travesía desde Panamá en cuestión de días hasta llegar al DF.

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